Lindo.

Bueno, ya era hora que publicara una nueva entrada. Es que quería contarles acerca de mi semana, de mi fin de semana, y de todo, y hasta que no pasara y viera que pasé espectacular no quería arruinar el sentimiento. No sé, pavadas mías. El fin de semana anterior al pasado (29 y 30 de setiembre) tuve una comida con mis compañeros de clase. Creo que esa fue la última vez que publiqué una entrada decente. Bueno, les cuento que la pasé bomba a pura coca cola y hamburguesa. Me porte super bien y me re divertí. Lo sentí como una maduración de mi parte (reitero: no sé, pavadas mías..). En fin, el punto es que estuvo genial. La semana pasada pasaron volando. ¿Por qué? El martes, que es de esos días eternos porque tengo muchas materias, no tuvimos liceo. ¿Por qué? Hicimos el clásico viaje a las facultades que todo el mundo hace en sexto de liceo; por lo que los tres sextos, Ciencias Biológicas, Físico-Matemático y Social Humanístico, fuimos en un mini bondi re tierno a la capital, Montevideo, a visitar dichos lugares, dependiendo de nuestros gustos y futuras aspiraciones. La emoción que yo tenía mientras viajábamos era indescriptible. Creo que soy una persona muy entusiasta respecto a la carrera que quiero seguir, por lo que estaba deseosa de conocer el lugar donde iré a parar los próximos once años de mi vida. Sinceramente, una decepción. El lugar no es lindo. Soy esa clase de persona que le gusta el verde. Nunca me gustó Montevideo y la Facultad de Medicina es el prototipo clásico de lo que yo siento es esa ciudad. Tétrica, oscura, con pasillos, te perdés, no hay un puto pedazo de pasto en todo el "campus" (o como mierda sea que se le diga al terreno en el cual esta situado el edificio). Pero bueno, ya me lo esperaba, me lo había advertido. Quedé contenta igual. El museo que vimos estaba impresionante, incluyendo esa mujer embarazada cortada por la mitad con el feto dentro, quedé encantada. Quedé igual media enojada porque, por ejemplo, la Facultad de Psicología está demás, re moderna, tiene pantallas planas y todo en los pasillos indicando los horarios y las clases y todo, y la de Medicina, ni siquiera tiene plata para darnos folletos a los futuros universitarios, pero bueno, hay que conformarse, quiero ir a la UdelaR, así que ahora me aguanto. Pero tranqui, voy a ser feliz igual yendo a la UdelaR. Bueno, después de eso, la semana siguió como comúnmente sigue, a excepción que el viernes tuve dos horas libres, una a primera y otra a última, lo que hizo del día agobiante que generalmente es el viernes, a un día normal, y mejor, y más pasable. Esa noche tuve un cumpleaños de 18, de una compañera de clases, que estuvo re bueno, y a pesar de acostarme a las cuatro de la mañana, considerando que me tenía que levantar a las ocho, me divertí de lo lindo. Como es de suponer, me dormí. Calló Guille en casa, nueve y media, a media hora de la hora de salida del bondi, desesperado que no le contestaba los mensajes ni las llamadas. Corriendo me levanté, ni tiempo de bañarme tuve y, para colmo, perdimos el ómnibus; en vez de tomarnos el de las diez, directo, que en una hora y media nos llevaba a Montevideo, nos tomamos el de diez y cuarto, de camino, en el que demoramos dos horas y cuarto. Llegamos y el se fue con una amiga, y yo a la plaza de comidas de Tres Cruces a juntarme con unos amigos del retiro del FSN, que me estaban esperando de tan tarde que llegue yyyyyyyyyy PASE TREMENDO FINDE EN MONTEVIDEO EN EL FESTIVAL DE LA CANCIÓN. (Sin detalles, así se quedan con la intriga muahahaha) (PD. GFBM) . Llegué el domingo a las once de la noche a casa, y el lunes tenía libre de casi todo, solo dos horas de física tenia y falte, y también a inglés, me levante re tarde, estaba re cansada, no daba más, y pase un lindo día en casa. Hoy, martes, tuve clases normalmente, con la excepción que llevé una torta de chocolate y catorce galletitas gigantes con chispitas para vender para juntar plata para la fiesta de egresados y adivinen qué? Vendí todo o o o o o o. Pero lo mejor del día fue cuando mi coordinadora del grupo juvenil me invitó a ir MAÑANA al CAMPANERO, a animar a los niños de sexto de escuela, invitación que claramente acepté y acá estoy, por irme a armar el bolso, para mañana ocho y media de la mañana salir rumbo al mejor lugar que tiene el colegio, el más lindo que hay, el más espiritual, el lugar más disfrutable y que más llena. En fin, he pasado lindo.