A veces estoy feliz, mejor dicho, estoy bien, normal, tranquila, a veces sonrío. Eso es cuando estoy distraída. Cuando estoy con mis amigos o miro una serie o película que me gusta. Pero nunca dura mucho y siempre vuelve esa sensación de vacío, de que nada puede hacerme bien.
Otras veces pienso que en algún momento todo va a mejorar, que las cosas, como me ha pasado la mayor parte de mi vida, van a salir a mi modo y voy a terminar teniendo lo que quiero. Pero, se que no. Ésta vez no. Ya no. Y eso hace consumirme más.
Hace meses veo que me viene pasando ésto. No con tanta intensidad como ahora, pero supongo que es porque antes tenia cosas que hacer, iba al liceo e inglés, estaba mas distraída. Ahora tengo que estudiar, pero en casa, a mi voluntad. Y no quiero, no tengo ganas. Sólo quiero estar todo el día acostada mirando tele y tomando chocolatada, comiendo dulce de leche, tomando yogur y pintándome las uñas que, por lo visto, son la única cosa buena en mis últimos días, porque han crecido increíblemente y están tan largas y lindas que me las paso pintando, teniéndolas perfectitas. Volviendo a lo anterior, le echo la culpa a este estado el haberme quedado a tres exámenes. No le echo la culpa, me retracto, sino que, gracias a que yo deje entrar este estado a mi cuerpo, éste provoco que no hiciera nada en el liceo, que me enfiestara más, que me mandara cagadas. Mirando Gossip girl ayer me sentí como Serena, que escapa de sus problemas de esa manera. Yo hice lo mismo. Ahora es tiempo de tocar fondo de una vez para poder empezar a subir. Hasta la vista...
No hay comentarios:
Publicar un comentario