26 de mayo de 2014

Everybody hurts

Hoy lloro. No hoy como un día puntual, sino que hoy en día, como persona nueva que me siento ser, lloro. Lo hago casi a diario, lloro por películas, canciones, lloro cuando veo en el informativo algo triste, lloro cuando me saco una mala nota y lloro cuando me pongo a pensar. Lloro por todo. Cosas buenas, cosas malas. Ahora lo entiendo. No necesito desahogarme con palabras porque lo hago con lágrimas. Deje de estar seca, pero siento que deje que se secaran mis palabras. Es como la duda existencial de sí seguir siendo sensible por todo y que las cosas realmente me importen, pero perder el porte de mis palabras o, en cambio, ser la hija de puta que nada le importaba, que no tenía sentimientos pero le iba bien de esa manera. Se que es difícil de entender. Pero era feliz. No sentir te hace feliz por pura ignorancia; no sabes que es que te lastimen, es imposible que alguien te lastime porque para que eso pase, tenes que sentir, y vos no sentís. Hoy en día soy feliz, pero soy demasiado sensible hasta el punto de que me doy miedo de mi misma. Me da miedo de un día quebrarme tanto que me pueda pasar algo malo. Es ese constante miedo a ser lastimada, a que te duela, porque sabes que está vez duele, y duele tanto que se te parte el alma. Tengo miedo al dolor, pero más que a eso, tengo miedo de mi reacción ante la misma bomba, porque va a ser peor, porque voy a reaccionar peor y va a doler. Odio el dolor. Le tengo miedo.

No hay comentarios: